Pan para hoy, hambre para mañana
Lic. María Belén Kaucher En la actualidad los seres humanos aspiramos a sentirnos bien, y con ello tendemos a evadir cualquier inconveniencia con la vida. Esto se da porque existe la creencia de que el malestar se contrapone con la vida que queremos vivir. En este contexto, buscamos alcanzar un grado de bienestar impoluto en dónde el dolor, la angustia, el miedo y cualquier otra sensación de disgusto, no lleguen. En paralelo, la sociedad occidental nos bombardea permanentemente con mensajes tales como: “pensá en positivo”, “es mejor reír que llorar”, “cambiá la cara, mira que lindo día”, “no deberías sentirte así”, “tampoco es para tanto”, “calmate”, “no hay mejor medicina que tener pensamientos alegres”, etc. Ante este bombardeo de estímulos, podemos caer en el pensamiento de que estamos obligados a sentirnos bien, situación que se aproxima fuertemente a un hedonismo peligroso. En este contexto, muchos de nuestros consultantes en terapia expresan motivos de consulta