Enfermedades crónicas
Volver a sanar: Cuando la
enfermedad crónica irrumpe en la vida de una persona.
La palabra enfermedad proviene del latín “infirmitas”,
término que hace referencia a una alteración más o menos grave, a falta de
firmeza, delgadez, debilidad. El término crónico se refiere a que algo
es permanente, pero no estable, algo dinámico que se mantiene a lo largo del
tiempo. Quien recibe un diagnóstico se enfrenta a una nueva condición que
afectará e implicará cambios en diferentes planos de su vida, lo que requiere
un importante ajuste a nivel cognitivo y emocional. Según Leventhal y cols.
(2004) las enfermedades físicas crónicas, de ahora en más EFC, son disfunciones
persistentes que afectan la habilidad de la persona para funcionar normalmente.
Las EFC representan un problema
muy heterogéneo y un desafío (o un padecimiento), para quien lo sufre, ya que
requiere de la implementación de diferentes estrategias de adaptación. Implica
cambios a nivel físico y en el estilo de vida y no todas las personas asumen
con facilidad dichas consecuencias. La manera en la que inciden en la vida de
quienes las padecen depende de varios factores, entre ellos el grado de
incapacidad que generan y el curso que la enfermedad presenta. Son numerosos
los factores que producen sufrimiento ya que cuanto mayor es la interferencia
que genera la EFC con la vida cotidiana, mayor es el grado de malestar que
evoca en el individuo. A veces los tratamientos implican mucho tiempo o generan
desgaste físico y mental, a veces la enfermedad genera dolor y en otras
ocasiones implican la imposibilidad de trabajar mientras dura dicha
intervención. Otro factor que incide en cómo las personas pueden afrontar su
condición crónica, es la valoración social que esa enfermedad posee en su
comunidad. Estos factores interactúan con las características de cada individuo
y el malestar da lugar a la sensación de pérdida de control sobre los eventos
futuros. Entre los ajustes que debe realizar un paciente que recibe un
diagnóstico de EFC, implican involucrarse en el sostenimiento de los
tratamientos que ayudan a manejar los síntomas y mejorar el pronóstico, sumado
a los cambios en el estilo de vida, y conlleva a incorporar hábitos saludables
que prevengan futuras recaídas. Aunque todas estas medidas sean tomadas con
responsabilidad, se instala un escenario de incertidumbre respecto al futuro lo
cual puede dañar la autoestima de paciente.
Es frecuente que quien conviva
con una enfermedad presente en cierto momento algún tipo de trastorno mental,
por ejemplo es alta la incidencia de depresión o ansiedad. La forma en que los
pacientes afrontan esta situación influye considerablemente en la capacidad de
adaptación a la nueva condición.
Fases de adaptación a las EC.
Fennel (2003) postula 4 fases
que atraviesa la persona que conlleva la adaptación a las EFC y que pueden
volver a iniciarse periódicamente:
1-Crisis: Es cuando irrumpe la enfermedad y se desencadena un estado agudo por el cual
el paciente se moviliza en busca de ayuda médica, emocional o espiritual. En
esta fase apunta al manejo de los síntomas, el dolor y las sensaciones que
provoca convivir con la enfermedad.
2-Estabilización: la persona se mantiene en contacto con las características
de la enfermedad y la manifestación de los síntomas llegan a una meseta. Es
como si la enfermedad se callara, momento en el cual algunas personas intentan
retomar su nivel de actividad anterior al diagnóstico (a veces esto conlleva
mayores problemas cuando el grado de autoexigencia es alto). En esta etapa se apunta
a lograr un nuevo equilibrio entre el grado de actividad y las posibilidades actuales.
3-Resolución: a medida que se avanza en la convivencia con la
enfermedad, el paciente comprende su dolencia, y comienza a aceptar que la imagen
de sí mismo, anterior a la enfermedad, ya no volverá. En esta fase la tarea
será trabajar en la aceptación de esta nueva imagen de sí mismo y desarrollar
una nueva filosofía de vida.
4-Integración: en esta fase las personas logran integrar aspectos de
su autoimagen previa a la enfermedad. La tarea será reincorporarse al trabajo,
a su red social e integrar esta nueva información y dolencia dentro de un nuevo
marco existencial, logrando el mayor grado de bienestar posible.
Factores que favorecen la adaptación a vivir
con una Enfermedad Crónica
B.Gomez 2014 enumera una serie de
principios que, dependiendo de cada caso, permiten una mejor adaptación al
cambio y orientan la elección de estrategias psicoterapéuticas. Enumeraremos
algunos de ellos
·
El
reconocimiento y expresión de las emociones: Las emociones como miedo, enojo o culpa son adaptativas en la
medida que focalizan la atención en la amenaza y promueven conductas para
resolver la situación involucrada. Por otro lado se estudió que las emociones
positivas poseen un efecto protector fortaleciendo el sistema inmunitario y
aumenta la disposición a estar atento hacia información relevante para la salud
y la red de apoyo, lo que favorece la adherencia al tratamiento.
·
Atenuar
las evaluaciones negativas: las personas que han pasado por eventos
emocionalmente aversivos a veces suelen desarrollar una visión mas pesimista de
la vida en general. Es importante identificar cuando estos pensamientos se
rigidizan y se focalizan en el sí mismo dado que no facilitan una acción
concreta y aumentan la disposición a la aparición del ánimo depresivo.
·
Buscar la
información adecuada: Desde el inicio de una enfermedad es importante
contar con una adecuada fuente de información, para poder tomar las decisiones
más acertadas y reacomodar la vida en torno a las nuevas circunstancias. No
todas las personas están dispuestas a manejar el mismo nivel de información, es
un abanico muy grande que va desde personas que quieren saberlo todo al otro
extremo en el que se encuentran las personas que sólo desean saber lo
necesario. Cada persona tiene diferente ritmo para asimilar la información. Es
bueno dar tiempo y ser sensible a las necesidades de la persona en cuanto al
tipo de información que puede tolerar.
·
Resolver problemas: La persona que vive con una
EFC suele convivir con numerosos problemas, de diversa índole, que va desde
turnos y tiempo dedicado a la gestión administrativa de la medicación, a
conflictiva con familiares ante la diferencia de cómo manejar determinada
situación. La solución de problemas implica un proceso que permita a futuro tener
disponible una variedad de respuestas frente a la situación problemática y
aumentar la motivación para llevarlo a cabo. Enfocarse en la resolución de
problemas permite manejar un nivel bajo de estrés.
·
Aumentar
los niveles de controlabilidad: el afrontamiento activo de una enfermedad
es una respuesta funcional e involucra
la percepción de control de la situación estresante. Implica una actitud activa
frente a la adversidad y tiene un impacto positivo en la autoestima y en el
contexto social.
·
Preservar
una autoimagen satisfactoria: Afrontar una enfermedad implica cambios en el
estilo de vida. Muchos de esos cambios proveen una mejora general que impacta
favorablemente en la autoestima y son fuente de bienestar. No todo es pérdida
ante la enfermedad, muchas veces se descubren fortalezas y aspectos positivos
del sí mismo desconocidos para la persona como puede ser la capacidad de gestionar
cambios, la creatividad, la capacidad de tomar decisioned importantes.
·
Promover
el apoyo social: La red social puede ser fuente de bienestar psicológico, y
puede proveer recursos en diferentes niveles, como intelectual, emocional e instrumental.
Es útil para las personas identificar qué tipo de ayuda necesitan y quienes son
las personas en las que se pueden apoyar.
·
Normalizar
la vida: A pesar de la convivencia con la enfermedad, la vida sigue,
continúa. Recuperar el nivel de actividad y fomentar aquellos aspectos valiosos
para la persona. Realizar las tareas y relaciones así como también las
obligaciones permite que la enfermedad ocupe un lugar importante pero no lo
abarque todo. Las rutinas pueden cambiar y los proyectos reencauzarse aun
existiendo enfermedad física.
Ante la adversidad de sufrir
una enfermedad física crónica hay
maneras de sentirse que cambian para siempre, hay aspectos valorados de
la vida que se pierden. La experiencia
de afrontar una enfermedad no es completamente negativa. Las personas pueden
extraer experiencias positivas como encontrar una nueva visión y mas amplia de
la realidad, suelen desarrollar mayor empatía con los otros, cambios en las
prioridades vitales y mejor relación con los demás. Volver a encontrar un nuevo sentido a la propia
existencia, encontrar nuevos caminos , recorrer y transitar de una manera más
atenta la vida misma son cambios que muchas personas logran
realizar. Sostener la esperanza en los
propios recursos para hacer frente a la adversidad es un trabajo
central , así como el apoyo y afecto de sus allegados.
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