Pensamiento Rumiativo, Ansiedad y Depresión factores que atentan contra la calidad de vida

Lic. Ana Fuhr

Muchas veces las personas notan  que su   mente no para de darle vueltas a las preocupaciones diarias sin encontrar  soluciones, y se  encuentran  en un circulo viciosos del que es difícil salir. Esta modalidad de pensamiento los  hace más vulnerables a experimentar síntomas de ansiedad y depresión.

Desde la “Teoría de Estilos de Respuesta” de Nolen-Hoeksema (1991), principal investigadora del tema, se dice que aparece como una forma de reaccionar ante la tristeza,  por lo que se constituye una forma de afrontamiento que puede ser desadaptativa

Este estilo de pensamiento contribuye a la etiología y mantenimiento de diferentes trastornos mentales en la que  prevalece una particular relación con la rumiacion y los trastornos depresivos y ansiosos (Abela & Hankin, 2009).

Teniendo en cuenta que las creencias y distorsiones cognitivas forman parte de este estilo de pensamiento la reestructuración cognitiva y la puesta a prueba de creencias  mejora el ánimo y la autoestima  por disminución de las cogniciones disfuncionales  y con  efecto en mejorar la desesperanza.

Las personas utilizan  distintas estrategias para intentar controlar estos pensamientos que son  evaluados  como negativos y que se suelen  presentar de manera  disruptiva y  automática. Una de estas estrategias es intentar suprimirlos, evitarlos,  pero esto no resulta de gran utilidad ( Wegner, 1989) otra opción es permitir que otras ideas compitan con la rumiacion cambiando el foco atencional (Wegner 1992).

La rumiacion hace que las personas con estados de ánimo disfórico es decir  con manifestaciones de irritabilidad, tristeza, ansiedad, malestar, anhedonia, evalúen  sus problemas como graves e irresolubles, reduciendo así su repertorio de conductas de afrontamiento en pos de buscar soluciones posibles.

La rumiacion entonces funciona como un mecanismo que por un lado aumenta los efectos y mantiene los síntomas depresivos y ansiosos a través de una modalidad de pensamiento que evalúa de forma sesgada los eventos de nuestra vida contribuyendo a emitir juicios de forma negativa hacia nosotros mismos, los demás y el mundo en general.

Interfiere con la resolución de problemas interpersonales e  inhiben que las personas se impliquen en su vida instrumentando conductas cotidianas que aumenten su sentido de control y el tono positivo de sus estados emocionales (Lyubomirsky, Tucker, Caldwell y Berg, 1999).

En este sentido Mindfulness con técnicas tales como  la descentralización de los pensamientos y de atención focalizada en la respiración junto a el entrenamiento en el desarrollo de   emociones altruistas y el cultivo de una actitud de aceptación y  de autocompasión  le permiten a las personas descubrir herramientas de afrontamiento  mas adaptativas y funcionales  y un modo más ecuánime para relacionarse con todos los eventos de su vida,  esto es sin emitir juicios, a la vez que les permite regular las respuestas emocionales de manera más efectiva, mejorando su calidad de vida y sus relaciones interpersonales.