Psicoeducación




Lic. Noelia Sologuren 

Muchas veces en la consulta nos encontramos con personas que accedieron a información previa ubicando algunos síntomas que padecen. En estos casos, la información previa es valorable para partir de una base, sobre el saber que la persona trae y orientaremos en cuanto a lo particular de cada uno. 

Hablamos de Psicoeducación no sólo a la transmisión de información sobre el sufrimiento o patología, si no a la adquisición de un saber conjunto sobre la forma de afrontar propia de cada uno. Si bien muchas veces, ciertas maneras de sentir y hacer son características a un diagnóstico posible, éste es una guía y no un destino. Tener conocimiento sobre lo que nos aqueja y los mecanismos en que se desarrolla promueve el empoderamiento sobre el malestar. Los terapeutas utilizamos estos indicadores para tomar intervenciones particulares. Se trata de un paso orientador y potenciador de las diferentes intervenciones que se desarrollarán luego. 

Al definir el término psicoeducación nos encontramos con una parte esencial en el trabajo dentro de la salud mental. Su aplicación varía desde la prevención y promoción de la salud, como paso clínico primordial dentro del tratamiento y, por otro lado, parte fundamental dentro de la orientación para trabajar con el contexto social de quien tiene un padecimiento crónico o severo. 

Como recurso de prevención y promoción de la salud mental:
En diferentes grupos de riesgo, se utiliza el dispositivo de Psicoeducación grupal, ubicando indicadores de riesgo específicos. El objetivo es brindar información clara al grupo sobre aquellos trastornos que pueden tener mayor incidencia, el reconocimiento y prevención de la aparición por medio de redes de contención social. Se busca potenciar estilos de afrontamiento más efectivos, promoviendo el estado de salud de la comunidad. La experiencia de cada uno, inserto en el ámbito grupal brinda la oportunidad del armado de redes de contención, compartir experiencias y promoción de la salud desde el ámbito comunitario. 

En las temáticas abordadas encontramos: prevención sobre suicidio en adolescentes, dolor crónico, fibromialgia, intervenciones en el ámbito laboral sobre el Síndrome Burn Out, prevención de la salud ámbitos comunitarios vulnerables, entre otros.  

Dentro de la psicoterapia individual: 
En la psicoterapia individual se planifica como un paso esencial, que implica el reconocimiento del motivo de consulta, teniendo en cuenta diferentes factores que lo construyen. La Terapia Cognitivo Conductual en todas sus aplicaciones indica la psicoeducación como un paso inicial. Así, paciente y terapeuta trazan un “mapa” que nos guía sobre el padecimiento que lo trae al espacio, ubicando cuándo comenzó, bajo qué circunstancias, los intentos anteriores para sobreponerse al malestar y los factores de mantenimiento. 

Cuando armamos en conjunto el “mapa” o conceptualización que nos va a guiar durante el tratamiento, ubicamos diferentes maneras de hacer pensar y sentir particulares a cada uno. Esta tríada clásica de la Terapia Cognitivo Conductual emoción- pensamiento – conducta, nos orienta sobre qué podemos hacer en este momento frente al malestar, qué factores lo están manteniendo y cuáles fueron los intentos anteriores para terminarlo. Este es un primer paso en sí mismo para saber más sobre lo que nos aqueja, y comprender hacia dónde nos dirigimos en el tratamiento.  

Lo más importante a tener en cuenta es que cada persona tiene un malestar particular, con recursos y dificultades propias, por lo que el espacio de Psicoeducación es una construcción única de cada equipo, el usuario y el psicólogo.

Nombramos anteriormente que es una intervención fundamental y crítica, pero ¿Por qué? Según diversos estudios, el brindar información efectiva sobre las causas del padecimiento, sus factores de mantenimiento, las formas de afrontamiento que se han utilizado y los recursos y fortalezas que presenta cada uno, brinda la posibilidad de conocer y aceptar aquello que aqueja a quien sufre de una manera compleja, no sólo desde el diagnóstico de un trastorno, si no de manera ambiental, social y personal. Si este reconocimiento se ha podido construir de manera positiva en el equipo terapéutico, genera mayor adherencia al tratamiento, reduciendo el malestar inicial ante la incertidumbre.

Psicoeducación al contexto social: 
En los casos donde la persona es menor, se brinda psicoeducación al círculo ambiental por el que transita, siendo la familia, escuela, club, etc. La comprensión de lo que le sucede al otro y cómo afectan las intervenciones de los diferentes contextos sociales frente al padecimiento del niño es fundamental para lograr potenciar la empatía de los adultos y pares, ubicar estrategias en conjunto, y modificar patrones negativos que sostienen las conductas problema. 

En patologías graves, es fundamental el trabajo psicoeducativo con la familia, ya que son el primer sostén de contención social al que pertenece la persona. Poder comprender sobre el trastorno que padece, cuáles son las expectativas y las formas de abordar los síntomas reducen considerablemente el malestar, tanto de quien consulta como de aquellos que lo rodean. Siendo en su mayoría trastornos de desarrollo crónico, las intervenciones psicoeducativas buscan promover y prevenir el malestar y agotamiento de los cuidadores.   

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